sábado, 17 de mayo de 2014

Cacería de Espejismos

Cacería de espejismos
Pedro Novoa
Lima: Universidad César Vallejo, 2013, 143 p.

Aunque sus anteriores entregas, las novelas Seis metros de soga y Maestra vida, lo muestran como un escritor inserto en la estética del realismo y preocupado por la experimentación con el lenguaje, se debe recordar que Novoa comenzó su obra elaborando mundos imaginarios que echan mano de lo fantástico y la ciencia ficción. Varios de estos textos merecieron reconocimientos internacionales y ahora conforman el conjunto de Cacería de espejismos.
            El libro abre con Al revés, el cuento, el que gracias a una argucia técnica (la modificación lógica de la sintaxis) genera un atmósfera teñida de contrasentidos. Esta llamativa pieza puede leerse como un arte poética, la cual se complementa con Para qué escribo este cuento, la que además de razones estéticas esgrime justificaciones existenciales para el ejercicio literario.
            Un sino parece ceñirse sobre algunos de los personajes. El modo de enfrentarlo pasa por el recurso a la tecnología. En Inserte cuatro monedas de a sol, por favor un joven intenta evadir la mediocridad de su vida mediante un programa de computadora; en Dos palabras resaltadas un científico modifica el pasado para cambiar la suerte de una pareja de amigos; y en ¿Te sientes bien? el conductor de una aeronave trata de escapar a la venganza de un extraño ser mediante la operación cerebral que le realiza un androide. Sin embargo todo esfuerzo es inútil. La conclusión es una ácida ironía de la cual no está exenta el mismo lector como en Estás infectado, en el que un virus se apodera de todo aquel que consume literatura.
            Las reivindicaciones también tienen un espacio. Pasan por la conexión entre realidades diferenciadas o por la rebeldía. Por ejemplo, en Quiero ser un personaje de cuento de CF y todo arreglado un migrante se libera de su arrendador incluyéndolo en la escritura de su ficción; y en Un artefacto en Lima un repartidor de pizzas se venga de los abusos de su jefe convirtiéndose en un cerdo.
Mención aparte merecen Lápices lacrimales y 500 nanosegundos. En el primero se da cuenta de un planeta tierra desolado por la contaminación y las industrias de computadoras; en el otro un robot le encuentra sentido a su existencia de 300 años de esclavitud y con su ejemplo mueve a un humano a la reflexión sobre la libertad. Estas miradas contrapuestas nos revelan a un autor lejano de los maniqueísmos vinculados al desarrollo tecnológico.
            Cacería de espejismos ratifica a Novoa como poseedor de amplias herramientas expresivas y de una singular capacidad para desenvolverse con soltura en diferentes géneros narrativos.


Julio Meza Díaz 

(Publicado originalmente en la revista literaria El Buen Salvaje Nro. 7).

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