Sol
de Tokyo
Editorial
Casa Tomada, 352 páginas.
Sol
de Tokyo es una novela construida a la manera de la
picaresca del Siglo de Oro español. No solo el modo en que presenta sus
capítulos así lo evidencia, sino también las características de su personaje
principal, homónimo del autor. Francisco es una suerte de hidalgo empobrecido
en una ciudad que lo maltrata por su condición económica, su terco rechazo a
los estudios universitarios y su apuesta por la creación literaria.
Atraviesa Sol de Tokyo otra novela, la cual, en clave cómica, detalla las
aventuras de Sergio, un joven migrante que pugna por hacerse un lugar en los
ambientes académico y periodístico. El contrapunto entre las historias de
Francisco y Sergio nos revela una ciudad enferma por el racismo silencioso, la
hipocresía del doble discurso y la pugna por la mejora laboral a toda costa.
Es curiosa la forma en que la narración
se detiene en circunstancias claves de la historia reciente del país, la que
aborda no desde el retrato fidedigno, sino mediante una reelaboración
arbitraria pero funcional de los hechos. El mismo método se emplea para
ironizar sobre el espacio literario limeño y sus diversas opciones estéticas.
Quizás al autor se le pueda apuntar a
Bryce Echenique como principal influencia (lo que pareciera sugerir el pasaje
en que dialogan Francisco y Martín Romaña). Sin embargo, salvo por su vocación
para la verborrea entretenida, Francisco Joaquín no comparte con Bryce temáticas
ni perspectivas del mundo.
Son varias las virtudes de Sol de Tokyo. Entre ellas podemos
señalar su humor cáustico, que apela tanto a la cultura de masas como a los vínculos
librescos; su prosa amigable, que linda a ratos con el ensayo pero jamás resbala
en el postulado dogmático o partidario; su atmósfera absurda, que se elabora a
través de las peripecias de sus protagonistas; y su ambición artística, que se
refleja en la multitud de técnicas recogidas y en el certero uso de ellas para
gestar una ficción divertida e inteligente.
Julio Meza Díaz
(Publicado originalmente en la revista literaria El Buen Salvaje Nro. 2).
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